Inicia con una frase de Albert Einstein. “Hay dos maneras de ver la vida, una como si nada fuera un milagro, la otra como si todo fuera milagroso”. Es una manera particular de empezar el libro con una cita sobre maneras de como ver la vida.
Trata de la relación padre-hija, pero además de la reconciliación del padre con la hija, de la reconciliación de las ideas, de un hombre con su propio pasado y de una mujer con su futuro. La protagonista, la Julia, como muchas mujeres, está condicionada por la relación que tuvo con su padre a la hora de relacionarse con los hombres.
El padre, al principio, da la impresión de que es un ogro que le hace la vida imposible y al final resulta que hasta te puede hacer sentir ternura hacia él.
Una de tantas cosas que el padre le llega a decir a su hija, quizás te puede tocar el corazón: “...Julia, estás sola delante las decisiones que has de tomar... Julia, podemos renegar de nuestra infancia, acusar indefinidamente a los padres de todos los males que nos abruman, hacerles culpables de las pruebas de la vida, de nuestras debilidades, de nuestras cobardías, pero finalmente, somos responsables de nuestra existencia, somos lo que hemos decidido ser. Además, has de aprender a relativizar tus dramas...”Si además te interesa un poco la historia, sepas que la novela transcurre entre Nueva York y Berlín. Nueva York como símbolo del híper Occidente representando todo aquello de lo que quiere huir la protagonista. Berlín como contrapunto comunista, retratando la caída del muro de Berlín a manera de pinceladas como símbolo de reconciliación.
Es un libro con un estilo fresco y ágil que engancha del principio al final. Siendo muy original la manera de reencontrarse padre e hija para poder compartir juntos todo aquello que nunca se habían dicho.
Marc Levy, Planeta, 2009.
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