(Norwegian Wood)
Trata de las angustias adolescentes, del amor, el deseo, la pasión, el desengaño, el sexo, la muerte y el transito a la edad adulta.

Los personajes están muy bien logrados y conmueven, tanto los compañeros de la residencia de estudiantes como las chicas, estas tienen mucha fuerza por ser sensibles e inadaptadas, sus historias las hacen excepcionales, haciéndote descubrir la ternura, la fragilidad, la fraternidad, la fortaleza y la pasión por la vida.
Es una novela que nos acerca a la mente humana y muestra las emociones de manera penetrante y a la vez delicada. Watanabe de manera receptiva trata de desentrañar y entender a las personas más cercanas a él. Aquí os dejo una pequeña conversación entre Naoko y Watanabe que nos remite a las dificultades y a la experiencia del adolescente: “No puedo hablar bien —dijo Naoko—. Me pasa desde hace un tiempo. Cuando intento decir algo, sólo se me ocurren palabras que no vienen a cuento o que expresan todo lo contrario de lo que quiero decir. Y, si intento corregirlas, me lío aún más, y más equivocadas son las palabras, y al final acabo por no saber qué quería decir al principio. Es como si tuviera el cuerpo dividido por la mitad y las dos partes estuviesen jugando al corre que te pillo. En medio hay una columna muy gruesa y van dando vueltas a su alrededor jugando al corre que te pillo. Siempre que una parte de mí encuentra la palabra adecuada, la otra parte no puede alcanzarla”, y él le responde: “Todos queremos expresarnos y nos impacientamos cuando no encontramos las palabras apropiadas”.
Otra conversación es cuando hablan Midori i Watanabe sobre el amor de sus padres, y él le pregunta: “¿Crees que no te quisieron suficientemente?”... y ella le responde: “Yo diría que entre un «no lo suficiente»y un «nada de nada». Siempre estuve hambrienta. Aunque sólo hubiera sido una vez, hubiera querido recibir amor a raudales. Hasta hartarme. Hasta poder decir: «Ya basta. Estoy llena. No puedo más». Me hubiera conformado con una vez. Pero ellos jamás me dieron cariño. Si me acercaba con ganas de mimos, mis padres me apartaban de un empujón. «Esto cuesta dinero», decían. Únicamente sabían quejarse. Siempre igual. Así que pensé lo siguiente: «Conoceré a alguien que me quiera con toda su alma los trescientos sesenta y cinco días del año». Ella se queja de la falta de amor que ha sufrido, de que los padres han sido poco cariñosos con ella, de que no ha tenido un lugar en su família i particularmente en relación a su padre: “¿Sabes lo que nos dijo a mi hermana y a mí cuando murió mi madre?…«¡Qué rabia me da! Hubiera preferido mil veces que os murierais vosotras antes que perder a vuestra madre»”.
En la dificultad para encontar su lugar en el mundo y por la angustia existencial Midori buscará a un hombre que la quiera como nadie la quiso y que lo deje todo por ella. Por su concepción del amor, esto es lo que buscará en una pareja.
Fijaros que cosas tan bellas, amorosas, divertidas y poéticas: “Eres muy bonita, Midori”, le dice Watanabe y ella le pregunta: “¿Cuánto?” “Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque”. …”Dime más cosas bonitas”. “Me gustas, Midori”.”¿Cuánto?”. “Me gustas como un oso en primavera”.
El tema de la muerte de las personas queridas y la fugacidad de la vida también se trata intensamente, Watanabe de la muerte dirá: "La muerte no existe en contraposición a la vida sino como parte de ella".
Es uno de los libros para volverlo a leer, tengas la edat que tengas, porque la historia de sus personajes nos permite reflexionar y analizar sobre cuestiones importantes de la vida y también sobre uno mismo, por ejemplo como cuando Naoko dice: “…mucha gente vive sin ser consciente de sus defectos”.
Haruki Murakami. Tusquets editores.
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